Hoy creamos, en conjunto Agustín Canolik y Elina Azcona, una maqueta para fotografiar.
Los lugares de cada uno eran hotel, galería de arte y laboratorio. En un primer momento, la idea era hacer un espacio surrealista con un sinfín negro que en el centro tuviera una mesa redonda blanca y sillas - en referencia al hotel de Agustín- (las sillas estaban en debate) y jugar con el centro de mesa y una luz cenital sobre ese centro. Los centros de mesa debían tener colores - en referencia a mi trabajo de laboratorio- y también vidrio porque nos parecía que la luz podría crear un ambiente parecido al de hotel y galería al mismo tiempo. También queríamos incluir a la galería de arte colgando cuadros pero vacíos para generar ambiente de creación y no de imposición de una imagen.
El día de la realización conjugamos todo lo que habíamos hablado pero no nos gustó la idea de que sea una maqueta tan fija, nos parecía que debíamos poder jugar, moverla, darla vuelta, cambiar cosas constantemente para encontrar el camino a lo que de verdad queríamos lograr. Así fue, en un principio las maderas estaban apiladas perfectamente pero luego decidimos simplemente tirarlas e ir acomodándolas, uno de los dos cuadros colgados lo colocamos como si la copa con colores emergiera de ese cuadro vacío pero también decidimos que se vea el reflejo de la parte de atrás, que me deja claro que está ahí puesta.
Elegimos finalmente una imagen que es la siguiente porque creemos que el espejo y el juego de luces que pudimos crear nos deja descubrir el espacio sin exhibir demasiado y eso crea las preguntas que queremos que se hagan.
Me gustó todo lo que dimos vuelta y pensamos hasta llegar a este resultado. Creo que las tres miradas fueron claves y jugar con los elementos y proponer distintas ideas en el acto hicieron que fuera muy accesible llegar a donde llegamos.
